café y sibutramina,
coca-cola zero
un pucho, otro pucho,
la cara manchada de hambre
pero feliz, feliz porque
con la polera enseñaba
las más lindas clavículas,
ayunaba vida,
ayunaba aliento
y bailaba, bailaba, bailaba.
"ella es una linda mujer"
oí que así la llamaban...
quisé serlo también.
Yo también le tengo miedo al espejo
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