Catorce de enero

Hoy, 14 de enero del 2013 cumplo 23 años, veintitrés primaveras... y dicen que hoy debía ser un día especial, de tranquilidad, de estar acompañada de los que te quieren. Y bueno, yo estoy sola. Hoy nadie me llamó, nadie me abrazó y el mundo siguió girando como ayer y antes de ayer. aunque para mí fue un poco más lento todo, un poco más expectante y al final un poco más triste también. 

Duele darse cuenta que se está tan rodeada de gente, tantos que te escriben un saludo, a veces un poco monótono y prefabricado, a veces un poco comprometido y vacío, pero que sin embargo ninguno de ellos se tomó el tiempo de visitarme, de abrazarme y de alegrarse sinceramente porque hace 23 años en un día como hoy, nací.

Supongo que al final uno termina por cosechar lo que sembró y creo que yo no he sabido sembrar buenos cariños, amor sincero. Quizá puedo culpar a mi aspecto frío y distante, a mis silencios envolventes y a mi falta de asertividad... quizás me puedo culpar por ser quien soy.

A nadie le importa, en este instante, cuando estoy cumpliendo 23 años que me siento triste y desolada, un poco perdida y mareada. Hoy nadie se va a tomar la molestia de preguntarse si estoy bien, contenta, feliz. Y supongo que ayer tampoco a nadie le importó.

Y quiero que todo sea más fácil, no ser tan egocéntrica porque todos esto debe ser parte de mi lado más grande y egocéntrico- todo esto no deja de ser tan banal porque después de todo es cierto que la única, que hoy un 14 de enero, tiene motivos para celebrar debo ser yo.

Feliz Cumpleaños a mí.