Y estamos a dos de enero del 2010, y me acordé, inevitablemente, de
ti... a veces apareces cuando menos me lo espero, cuando
menos lo necesito pero ya no hay vuelta atrás, la historia continúa sin mí en tu vida, con otra en mi lugar, y a veces cierro los ojos y creo aparecer a tu lado ejecutando el siniestro plan que inventé para decirte cuánto me (haces) hacías suspirar: eras (eres) mi hombre perfecto, así tal cual, me encantas, me fascinas y te vas, y te sigues yendo en todas la películas que brotan en mi cabeza y que debieron ser distintas.
Feliz año
dear, ya son 628 días impregnado en todos mis paisajes, ¿cuándo se acabará?, cuándo
desaparecerás de mi historia.
Extraño reírme a tu lado.
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