viernes, 21 de mayo de 2010

Ganas de lanzarme a tus brazos, de llorar en tu hombro, de pedirte que me entiendas, que me des tiempo, que no me presiones porque las luces me han mareado y estas nauseas las llevo pegadas a la piel.
Que tengo miedo, que no sé bien dónde está ubicado pero está ahí y me grita, y me consume. Tengo miedo, mucho, siempre. Quiero que me veas como a la niña de tus ojos, seguir siendolo, necesito saber que aún estás ahí para cuidarme, para defenderme, para socorrorme en esta inmensa oscuridad, necesito volver a oír el latido de tu corazón, sentirme viva, inspirada, esperanzada. Pero ya sé que estoy fallando, que no te he escuchado. Por favor, gritame un te quiero, gritalo tan fuerte que estallen mis tímpanos y así no volver a oír otras voces. Quiero tu calor, el que me dabas, el que me diste, el que me hace falta.

Vuelve amarme que estoy desparramada en mil pedazos y ya no puedo con esta fragmentación, dame tus certezas, otra vez, que el relativismo me esta matando.

Hazme saber que apesar de todo (estás y estarás aquí) diciéndome: No temas, yo te ayudo.

1 comentario:

alma en vela dijo...

la vida está siempre presente, el amor nunca deja de ser, nunca deja de estar solo que a veces no lo vemos, y otras nos hacemos los tontos.
de todas formas no te afanes en cualquier momento el gritará, de hecho creo que esta gritando pero al menos yo no lo oigo.


sea la vida un efímero momento....
...nada malo, nada bueno, solo un poco mas de lo mismo y otro poco mas de lo mismo, y un poquiito de lo que no vemos.

 
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